Tenemos ya la segunda medición en Nuevo León encuadrada en el proyecto de Saba Consultores “Por un México informado”, que tiene como objetivo primordial difundir de manera gratuita para la gran mayoría, el estado de la opinión pública y democratizar la información política, algo totalmente innovador y sin precedentes.

Como iremos viendo más adelante, parece confirmarse que Jaime Rodríguez mantiene íntegro el apoyo que obtuvo en las elecciones. En el polo opuesto, las iras populares se centran en la figura del Gobernador saliente. Y, en cuanto a los posibles candidatos a formar parte del gabinete del Bronco, se perfila como hombre fuerte en las preferencias de los entrevistados Manuel González, que fuera escudero de Jaime durante la campaña.

Sigue la explosión de Escobedo en la mente de los nuevoleoneses, aunque el informe de gobierno de Rodrigo Medina también está muy presente, y de manera muy negativa, pues no es el informe en sí sino las mentiras que, a juicio de los encuestados, en él incluyó el Gobernador saliente, lo más destacado del mismo, lo cual habla por sí sólo del deterioro de su imagen.

De hecho, Medina obtiene el nada desdeñable porcentaje de desaprobación de cerca de un 58 por ciento, y parece consolidarse con claridad como el considerado peor político de Nuevo León. Además, se da la circunstancia de que los entrevistados, cuando son preguntados sobre el peor de los funcionarios de su gobierno, contestan en su mayoría que todos, y si no lo hacen, es para contestar que el peor fue él. Su comparecencia en el Congreso no le ha servido para cambiar la opinión de los que pronto dejarán de ser sus gobernados, a pesar de haberse mostrado satisfecho con la gestión y de considerar los errores de la misma como pequeños en comparación con los aciertos. Sin duda, tiene buena opinión de sí mismo, pero ésta no coincide con la opinión de la calle, que cada vez con más fuerza exige la investigación de las irregularidades ocurridas bajo su mandato, la aclaración de sus cuentas y, naturalmente, la asunción de sus responsabilidades por vía judicial. Quién sabe de qué modo lo pueda proteger su partido, si es que quiere hacerlo.

Los políticos mejor valorados son, por este orden, Fernando Elizondo y el propio Jaime Rodríguez. También se confirma que la opinión pública vio con buenos ojos el apoyo de Elizondo al Bronco. Cabe entender, pues, que el respaldo popular a Jaime Rodríguez incluso habría aumentado desde las elecciones. Me explico: en las votaciones, con Elizondo retirado, Jaime obtuvo un 48,86 % de los votos. Sin embargo, cuando los entrevistados responden a la pregunta sobre a quién concederían su voto de celebrarse ahora las elecciones a Gobernador, de presentarse los mismos candidatos, un 54,9 % votaría a Jaime Rodríguez y un 12,4 % lo haría por Fernando Elizondo. La suma de ambos supera el 65 por ciento, y barre literalmente del mapa a los candidatos del PRI y del PAN. Unos números, hay que decirlo, verdaderamente espectaculares.

Aparece Manuel González, como ya hemos dicho, como el candidato preferido para ocupar la Secretaría de Gobernación. Aun cuando se mantienen altos porcentajes de indecisión o desconocimiento a la hora de valorar las preferencias para ocupar los distintos puestos del gabinete, podríamos ya aventurarnos a, basándonos en las preferencias de los entrevistados, perfilar un hipotético gabinete que el Bronco nombraría en atención al “mandato de la raza”, si tiene a bien, naturalmente, tomar en consideración las mediciones de Saba. Y sería el siguiente: González en Gobernación; Gerardo Guajardo en Finanzas; Roberto Carlos Flores en la Procuraduría General de Justicia; Ramón de la Peña en Educación; Martha Patricia Herrera de Desarrollo Social; Manuel Enrique de la O en Salud; Enrique Torres en Agua y Drenaje; Nora Elia Cantú en Contraloría y Transparencia; Alicia Angélica Guajardo en Desarrollo Sustentable; María de los Ángeles Fromow en la Fiscalía Anticorrupción; quedan más difusas las preferencias para Desarrollo Económico, Trabajo, Obras Públicas y Conarte. Quizá en los próximos días se decanten las preferencias populares.

Es precisamente la conformación del gabinete de gobierno uno de los retos principales que afronta el Bronco (junto con manejarse en un Congreso donde carece de mayoría, y apenas de representación). El encontrar las personas adecuadas sin disponer de la estructura organizada de un partido que lo respalde va más allá de un reto de campaña, aun habiendo sido ésta ardua y haber marcado un hito. Que acierte con ello, y sepa sacar adelante sus iniciativas legislativas sin que el coste negociador le suponga un desgaste excesivo, será lo que confirme si los favores populares de los que goza son sólo fruto de la curiosidad o de la inercia, o tal vez del desengaño del antiguo amor del pueblo, o serán duraderos.