Hermano, cayó la ley

Está rodeada tu casa.

 

 

Sin lugar a dudas, AMLO es el personaje del siglo XXI mexicano. Ha creado una condición paradójica que Luis Antonio Espino resume de un modo magistral: lograr ser evaluado por sus propósitos y no por sus resultados.

 

Tomemos como botón de muestra la entrevista que hoy le hace Carmen Aristegui a José Ramón Cossío. Con la claridad conceptual que lo caracteriza, Cossío hace polvo a AMLO; ¡pero AMLO tiene una aprobación récord de 75.8%! Derivado de esa popularidad, Claudia Sheinbaum, la candidata de AMLO, tiene una cómoda ventaja sobre Xóchitl Gálvez, y aunque no sabemos qué pasará en la elección del 2 de junio, todo indica que, la democracia, no será suficiente para salvar a México de las calamidades que sufre por las locuras de su presidente.

 

A pesar de lo anterior, se abre una inquietante posibilidad para que descarrile la 4T, y sabrá Dios sí, en caso de materializarse, nos salga peor el remedio que la enfermedad.

 

Veamos. De tres semanas acá, se vienen sucediendo una serie de presiones sobre AMLO, y todas tienen su origen en agencias de USA; ahí les van:

 

  1. Los videos en el teléfono de Sergio Carmona, huachicolero que fue asesinado en San Pedro, que comprometen a figuras relevantes de la 4T, dados a conocer por Código Magenta.
  2. La serie de reportajes titulado El Clan, que Carlos Loret de Mola ha presentado, denunciando actos de corrupción de los hijos de AMLO.
  3. La publicación del Centro de Estudios Estados Unidos- México de la Rice University, que relaciona a Morena con el Crimen Organizado.
  4. La novedad de hoy, que da a conocer Anabel Hernández, donde se afirma que, de acuerdo a la DEA, la campaña presidencial de AMLO del 2006 fue financiada por el Cártel de Sinaloa.

 

Cualquier otro presidente estaría derrumbado ante estos embates. A AMLO lo han fortalecido, al menos los primeros tres, donde hay duda es en el de hoy, porque presenta elementos de prueba, al menos como posibilidad, que podrían utilizar los gringos para fastidiarlo, controlarlo o de plano llevarlo a prisión, siguiendo el estricto y penoso proceso de internamiento.

 

A decir verdad, no creo que los gringos le atoren a una bronca monumental que se podría generar con México, porque AMLO es un semi-Dios para una gran mayoría de los mexicanos y por la interdependencia entre nuestros países, aunque ya alguna vez Enrique Krauze cometió el desliz de solicitar su injerencia.

 

Me parece que la apuesta gringa será, solamente, facilitarle la chamba a Xóchitl y el bloque opositor. Es decir, confiar en la democracia y acaso doblarlo un poco, consiguiendo mayores ventajas y servicios en el tema migratorio.

 

Por lo pronto el león está acorralado, aturdido, y quizá temeroso por lo que pudiera ocurrir con él y sus hijos, una vez que se convierta en ciudadano común, cuando deje poder.

 

¡Otra más, gallero!, AMLO ha perdido algo que parecía indiscutible: ¡su legitimidad como presidente!