Si a los mexicanos les importara la corrupción, la 4T estaría sudando frío por los Bartlett.

 

A decir verdad, casi nunca aparece la corrupción como uno de nuestros principales problemas. El pueblo bueno escucha la perorata presidencial anti-corrupción; con el mismo entusiasmo que la enamorada escucha a su amado, hablar de futbol.

 

¡Así es el empelotamiento!