Rumbo al callejón de los chingadazos.


La tozudez de AMLO es proverbial y, si en un tema se deja ver con meridiana claridad, es en el del INE. Perdió la batalla en las elecciones intermedias del 21, al perder la mayoría calificada; ¡no se rindió!


Presentó su iniciativa de reforma constitucional para chingarse al INE; le dimos el 13 de noviembre una muestra de poderío ciudadano, y también otra oportunidad para abandonar la idea, de decir, palabras más, palabras menos, “perdón, fui una loca y me ofusqué”, y llevar la fiesta en paz, pero siguió con sus mamadas, se gastó, según estimaciones, cerca de 2500 millones de pesos en una marcha de respuesta, que lleva en la ruta del olvido un paso más acelerado que la del día 13 (el lunes pasado 5% de los mexicanos tenían en el Top of Mind de acontecimientos la marcha del 13 de noviembre y solo 3% la del 27 de apoyo a AMLO, a pesar de haber ocurrido más recientemente), y se arriesgó presentando la


Iniciativa de reforma, confiado en las presiones y chantajes que puso en operación. Le volvieron a dar “pa’ dentro de dos días”.


La pudo dejar de ese tamaño, y llevar la fiesta en paz, acogiéndose a la “sabiduría” de Vicente Fox, de que “el ejecutivo propone y el legislativo dispone”, ¡pero ni madres!; atropelladamente envió un conjunto de leyes que llamó el Plan B, para de cualquier manera chingarse al INE, y unos duendes muy pendejos que viven en Palacio Nacional y hacen travesuras nocturnas, le hicieron cambios constitucionales que ahora deben corregir. ¡Ni del pinche ridículo se ha salvado!


Ahora siguen otras instancias para ver en qué paran las misas: el senado, donde veremos de qué está hecho Ricardo Monreal, la Suprema Corte de Justicia, donde ya sabemos de qué está hecho su presidente Arturo Zaldívar y, finalmente, si todo falla para que AMLO entre en razón o si AMLO se sale con la suya (lo más probable), “quedaremos los ciudadanos. Y somos legión”, nos dice hoy, tan elegante como equivocadamente, Enrique Krauze. Hablar de ciudadanos en términos generales es tan pendejo como cuando AMLO habla del Pueblo, pero debemos decir, en descargo, que efectivamente algunos ciudadanos se van a encabronar mucho, y podrían tener diversas reacciones y acciones de protesta.


Lo grave, lo muy preocupante, es que si todas las instancias democráticas fallan, haciendo necesario que grupos de ciudadanos intervengan directamente para resolver controversias, como en este caso la del INE, nos acercaríamos peligrosamente al callejón de los chingadazos, con un costo social que más nos valdría a todos conjurar.


Y aunque no lo adviertan o no lo expresen AMLO y sus seguidores, la tozudez les incrementa gradualmente las probabilidades a futuros posibles que empatan con la suerte que ahora están corriendo Pedro Castillo en Perú y Cristina Fernández en Argentina, e incluso con el triste final de Muamar el Gadafi en Libia.


Así es compañeros, finalmente será lo que será; este pobre borreguito que les escribe, por su chamba profesional de estarse asomando a futuros posibles, lo único que hace es advertirlos, sin que ello signifique que apueste por ellos o que los desee.


Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.