A mis queridos clientes de ayer, hoy y mañana.
Cuando para la elección presidencial del 2006 difundí mis Monitoreos (un seguimiento desde el 2003), el gremio encuestador los confundió con los Trackings que se habían popularizado en USA. ¡Y yo no tuve corazón para desengañarlos!
Los Tracking no tienen límites de control para juzgar si un proceso es estable o no. Son simplemente la gráfica de los resultados sucesivos de los indicadores de una encuesta.
Los límites de control en la industria se confunden con los Límites de Especificación, que conforman el rango deseable en que una característica de calidad se debe mover, para juzgar si una pieza es buena.
Los Límites de Control se derivan del análisis de los datos en cuanto a su variabilidad, para lo cual se requiere conocer la distribución de probabilidad de los mismos. Para evaluar la aprobación o la intención de voto, por ejemplo, la distribución de probabilidad es la Binomial; para evaluar la calificación promedio para un gobernante o en general para la trayectoria política de algún personaje, la distribución de probabilidad es la Normal y para dar seguimiento a algún conteo, como homicidios o accidentes de tránsito, la distribución de probabilidad es la de Poisson.
De las distribuciones de probabilidad, se obtiene dos parámetros, la Media o promedio y la Desviación Estandard. El símbolo para esta última es σ (sigma), y para la primera es μ (miu), y la variabilidad normal de un proceso estable se da en el rango μ (+/-) 3σ.
Los límites de control se calculan usando las fórmulas que nos aporta el Control Estadístico de Calidad. Son diferentes fórmulas según sea la distribución de probabilidad.
En términos generales son tres los límites de control: LC, denota el valor central estimado de los propios datos, LCI, denota el Límite de Control Inferior, y LCS, denota el Límite de Control Superior, también referidos como límites de alerta. Estos límites se ubican a una distancia de tres sigmas estimadas, arriba y abajo del límite central.
En un refinamiento práctico tenemos los Límites de Advertencia ubicados a dos sigmas del valor central.
Tanto para las alertas como para las advertencias, usamos los adjetivos Positiva o Negativa, dependiendo del indicador.
Por ejemplo, para la aprobación o intención de voto de algún personaje, rebasar los límites superiores significa alertas o advertencias positivas, y para el conteo de homicidios, rebasar los límites superiores, significa alertas o advertencias negativas.
Los límites de control no son fijos, cambian cada vez que cinco valoraciones consecutivas quedan arriba o abajo del límite central. A esto le llamamos recálculo de límites, y es la base para la mejora continua.
Los límites de control nos permiten un sistema de alertas, que explicaremos la próxima lección.
Salvador Borrego, Ph.D.
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