ENCUESTAS TRADICIONALES

Durante años hemos cuestionado severamente a las Encuestas Tradicionales por su cada vez más evidente inefectividad para dar un seguimiento adecuado a los procesos político-electorales de la actualidad.

Siempre hemos aclarado, pero quizá no hemos insistido lo suficiente, que a pesar de la anterior crítica sigue siendo un concepto fundamental, pues sólo a través de ellas podemos enterarnos del estado de la Opinión Pública en un momento determinado. Lo anterior va subrayado porque en la idea de encuesta tradicional va implícita la pretensión de seguir la evolución de los procesos con tres, cuatro o cinco encuestas, bajo la suposición implícita también de que los procesos mantienen la misma estabilidad previa al advenimiento de la Internet y telefonía celular.

Es claro que los avances tecnológicos referidos afectaron a variables tales como intención de voto o aprobación de los gobernantes, pero otras variables tales como condición ideológica, social o cultural son menos volátiles, de modo que cuando el interés de nuestros clientes está en este tipo de variables, la Encuesta Tradicional sigue siendo una alternativa razonable.