El PRI mejora sus números en un ambiente de decepción con el Bronco – Jaime ya no esconde su intención de ir a las presidenciales

Los que se identifican con el PRI y los que votarían por Ivonne en unas hipotéticas nuevas elecciones a Gobernador de Nuevo León han aumentado en número en la última medición de SABA Consultores, registrando unos porcentajes del 14,4 y 14 % respectivamente, ambos advertencia positiva. Como dato complementario, decir que Peña Nieto también presenta sendas advertencias positivas en aprobación y desaprobación, y el enemigo público Medina también mejora en la percepción como peor político, que desciende al 25,3 %. En todos los casos los que favorecieron esta mejoría priísta fueron principalmente aquellos cuyos ingresos están por debajo de 2400 pesos, excepto en cuanto a Medina, donde ocurre justo lo contrario. Los acomodados son más comprensivos…

La explicación a esta tendencia momentánea no aparenta estar en los aciertos del PRI ni en ningún hecho puntual de actualidad. Más bien parece que los continuos desbarres de Jaime Rodríguez están generando un regreso a los orígenes de parte de los que contribuyeron a su elección, muchos de ellos antiguos votantes priístas. Como él. En Nuevo León está creciendo una sensación de desamparo y abandono por parte de un Gobernador que cada vez gobierna menos y se dedica más a su promoción personal, lo cual está provocando un descenso lento, pero inexorable, en su aceptación: ya sólo lo aprueba un 36,7 % y, aunque la encuesta afirma que volvería a ganar las elecciones, lo haría por una diferencia muy inferior a la que lo hizo Gobernador, y comparte el primer puesto en intención de voto con Elizondo, en empate técnico. Su última ocurrencia ha sido el impuesto sobre el uso del carbón. Lo primero que pensé fue en mi numerosa familia política, que se iba a convertir en muy principal contribuyente con las carnes asadas de los domingos.

Lo más lamentable es la espectacular ocasión que va a perder el Bronco de canalizar las inquietudes de todo un pueblo, y que va a terminar de dilapidar en la carrera por la Presidencia, a pesar de que sus gobernados de Nuevo León le están diciendo con claridad que no lo quieren como candidato (62,4 %). Ya nos reveló su fórmula: “pa un terco, un bronco”. Magnífico, populismo para combatir el populismo: el resultado no puede ser más que el del intento de apagar fuego con gasolina. Mucho me temo que lo de Trump requiere de algo más que dejar de ir de compras a McAllen, y los delicados asuntos de Carrier o Rexnord están disparando la preocupación por el desempleo, que presenta advertencia negativa. Pero don Jaime no quiere desaprovechar la corriente general de hastío, decepción y miedo. Ahora nos obsequia con otra de sus rimas: “Se puede ser presidente sin el dinero de la gente”. Qué bien suena, dicho mientras se emplea un día de trabajo en hacer campaña.

El malvado político Lucchesi le decía en El Padrino al enviado de Michael Corleone que quien construye sobre el pueblo construye sobre el barro. Maquiavelo opinaba justo lo contrario: el favor de los grandes es bastante más caro que el favor del pueblo. Alguien trae encandilado al Gobernador, y no es precisamente el pueblo que lo eligió. Parece que la raza ya no es la que paga. Jaime Rodríguez se va a convertir en otro más, y ya van unos cuantos, de los candidatos que se han aprovechado de las circunstancias y de la esperanza de los electores en un cambio, para su proyección personal.

Pero sea el pueblo o un grande quien te encumbre, está por ver cuál de los dos cobra más caros sus favores, porque lo que es seguro es que ninguno de los dos olvida, y que el pueblo sufre más.