El mayor defecto de los hombres consiste en preocuparse de arrancar la cizaña de los campos ajenos, descuidando el cultivo de los propios.– Confucio

 

Ya tenemos los datos del monitoreo de SABA Consultores correspondientes al pasado lunes. Vienen con alguna novedad, aunque si alguien espera cambios esenciales en lo que se refiere a la figura de AMLO, tendrá una nueva decepción: aprobación estable y calificación media al alza, con un aumento de las notas altas propiciado por estratos que acostumbran a respaldar al presidente. Quienes menos lo favorecieron fueron los capitalinos, perdidos por Andrés Manuel hace tiempo, y la clase media, que sigue en sus trece de no bailarle el agua, igual a causa de su contumaz condición de aspiracionistas faltos de escrúpulos. Completa el presidente también una serie por encima de su promedio en el apartado de mejores políticos, el cual sigue liderando, y donde lo siguen favoreciendo los empresarios, cuya razón para estar contentos confieso que sigo ignorando.

 

Las nuevas más destacadas vienen, en primer término, en el rubro de identificación partidista, donde Morena da un repentino batacazo con una pronunciada alerta negativa cuyo hipocentro está vacío, lo que sugiere que su origen no está en un sector concreto. Doctores tendrá la Iglesia para saber el por qué de este súbito descenso, pero una hipótesis bien podría ser que las pugnas internas no son del gusto de los militantes. Lo malo es que seguramente no sea por un deseo de democracia interna, sino, justo, al contrario, por lo que dichas luchas suponen en cuanto a contrariar la voluntad suprema del jefe.

 

No olviden que hemos regresado a los usos y costumbres de hace cincuenta años, ya se habla de destape y otros términos similares, y eso lleva sus tiempos, sus modos y sus maneras. Un equipo sevillano llamado Betis tenía hace años un presidente de nombre Manuel Ruiz de Lopera, accionista mayoritario y que acabó, por cierto, bajo condena judicial. Pero en sus años de esplendor, se constituyó una peña de seguidores que se hacía llamar “Peña Bética lo que diga don Manuel”. Cambien Manuel por Andrés y se acercarán mucho a los deseos del núcleo duro de Morena, y probablemente también al proceso que llevará a un nuevo inquilino al Palacio Nacional de aquí a dos añitos.

 

Los aspirantes hacen ruido, pero el gran jefe ya se ha traído a un árbitro de su confianza, que es Adán Augusto, que en poco tiempo ya ha devuelto a su cargo la actividad tradicional. Hace pocos días se tomó una fotografía entre Claudia y Ricardo, la teórica favorita de AMLO y el que se ha postulado antes de tiempo. En ese sentido, los datos de SABA lo que nos dicen es, y esta es la otra gran novedad, que Sheinbaum recibe una vigorosa alerta positiva, la cual coincide con un descenso notorio de quienes optaban por el mismo Andrés Manuel. Cabe maliciarse que podrían ser un trasvase, pero no tiene por qué. La cuestión es que la gráfica de Monreal sigue plana, y Ebrard se ha visto de repente alcanzado por Claudia en el promedio de la encuesta, con el plus que supone la citada alerta favorable. No se puede descartar nada, pero Adán, a la chita callando, se está haciendo el amo de las intrigas palaciegas, con licencia para llamar al orden o escenificar calma. No les sorprenda que ejerza de manera efectiva el oficio de “tapado”. Escruten la fotografía antes mencionada, y verán el lenguaje gestual del secretario de Gobierno: templando y mandando.

 

Por lo demás, la inseguridad y el COVID siguen siendo tanto las principales preocupaciones como los temas que han tenido más presentes los ciudadanos. En segundo término, la última percha de las tortas de la “fiscalía”: los 31 científicos de Conacyt. No es de extrañar, si los dictados de Andrés Manuel están más cerca del parecer de la pacha mama y del pensamiento mágico que del rigor y la investigación. De algo hay que hablar para que no se hable del fracaso rotundo en la lucha contra la violencia y el crimen organizado.

 

Para eso último, y para muchas otras cosas, al presidente parece bastarle con pedir perdón o exigirlo. Y eso que tras sus muchos errores los datos siguen afirmando que parece haber nacido perdonado. A cuenta del último y triste suceso con miembros de la comunidad yaqui, ha vuelto a salir con las disculpas, en este caso por las “guerras de exterminio”, y a prometer un plan millonario. Lo de esa lana tendrán que verlo nuestros ojos, pero lo de acudir a los más peregrinos hechos de la historia como si tuvieran algo que ver con sus propios errores del presente no es en absoluto nada nuevo. Lo que pasa es que, en esta ocasión, a Andrés Manuel le ha salido un nuevo amigo: el Papa Paco. El Obispo de Roma ha acudido presto a hacerle al presidente el, nunca mejor dicho, quite del perdón.

 

Resulta que a Bergoglio se le da bien pedir perdones en nombre de otros. Pero como argentino bien podía empezar por lo que su país celebra y conmemora en monedas, la llamada “Conquista del desierto”, que nada tiene que ver con la época colonial, pues fue a finales del siglo XIX, y que supuso el exterminio sistemático de cuantos pueblos originarios había en la Pampa y en la Patagonia. O, sin irse tan lejos, por la dictadura que subyugó Argentina durante una década, con la que es sabido que colaboró, dicen sus biógrafos que obligado por las circunstancias.

 

Esto pasa cuando no se sabe si hablamos de curas metidos a políticos o de políticos metidos a curas. Tengo para mí que lo mejor es que cada zapatero vaya a sus zapatos y con esos tiene bastante, que es lo mismo que decir lo que afirma Confucio en la cita que antecede el texto, pero no tan elegante. Menos mal que, para cuestiones de fe, nos queda Beatriz Gutiérrez Müller, cantando “Cuídame tú”. A mí me gusta más la idea de que “esto pasará”, desde luego me genera más esperanza. Dice una mayoría de los ciudadanos, en una interesante pregunta que acaba de introducir SABA en el cuestionario, que el Gobierno de AMLO contribuye a la paz internacional, y que esta es de suma importancia. No obstante, viendo lo visto en Roma, en Madrid, en Ciudad de México, y en tantas otras partes, que Dios nos cuide a todos.