饾檳饾櫎 饾櫃饾櫄饾櫒饾櫆饾櫀饾櫒饾櫓饾櫀 饾櫄饾櫋 饾櫏饾櫎饾櫃饾櫄饾櫑, 饾櫋饾櫎 饾櫐饾櫔饾櫄 饾櫃饾櫄饾櫒饾櫆饾櫀饾櫒饾櫓饾櫀 饾櫄饾櫒 饾櫍饾櫎 饾櫓饾櫄饾櫍饾櫄饾櫑饾櫋饾櫎. – 饾棜饾椂饾槀饾椆饾椂饾椉 饾棓饾椈饾棻饾椏饾棽饾椉饾榿饾榿饾椂

 

Hay ruido de fondo, y como casi siempre que lo hay, se distorsiona la visi贸n de lo que realmente est谩 ocurriendo. Tampoco sabemos la percepci贸n real de los ciudadanos, porque seguimos sin los datos de SABA Consultores, pero es de suponer que, por la natural influencia, impact贸 el atentado contra Trump, y ahora tambi茅n la renuncia de Biden, que parece encaminada a que le suceda en sus aspiraciones Kamala Harris.

 

Para m铆, ninguna sorpresa. De lo que sucede en M茅xico, y repasando la opini贸n publicada, sorprende la gran cobertura de lo que est谩 sucediendo al interior del PRI, y la relativamente escasa atenci贸n a los progresos del plan C de AMLO. De acuerdo en que, hist贸ricamente, la aparente defunci贸n del tricolor merece casi una nota necrol贸gica, pero si consideramos el contexto, ese proceso, nada sorprendente por otra parte, es de una importancia menor en comparaci贸n con el paso del Rubic贸n que pretende, y puede que consiga, Andr茅s Manuel.

 

La crisis interna del PRI puede ser el colmo del deterioro, pero no nos enga帽emos: el tricolor, desde las circunstancias que rodearon a la elecci贸n del 18, vendi贸 su primogenitura por un plato de lentejas. No sabemos con certeza qu茅 est谩 penetrando m谩s en la mente de la ciudadan铆a, pero s铆 que hay una intenci贸n por parte de los medios de que se atienda m谩s a la podredumbre del PRI que al proceso de demolici贸n de la separaci贸n de poderes protagonizado por la 4T.

 

El PRI, como tal, realmente nunca supo ni competir ni funcionar como oposici贸n. Estaba hecho y concebido para otra cosa. Quienes crecieron en 茅l, o sea, la inmensa mayor铆a de los funcionarios y l铆deres de mayor o menor relevancia nacidos entre 1950 y 1980, carecen de otra noci贸n de hacer pol铆tica que no sea la basada en una estructura dominante y hegem贸nica, sin oposici贸n efectiva, y cimentada en una gigantesca red clientelar alimentada por los programas sociales.

 

La famosa estructura pri铆sta era, a grandes rasgos, nada m谩s y nada menos que eso. Por eso L贸pez Obrador, alumno aventajado del PRI de los 70, ha encaminado todos sus pasos a replicar un armaz贸n similar, y a fe que va camino de ello. Ha culminado la reconquista del pilar m谩s importante de la gran organizaci贸n pri铆sta, el poder territorial, y ha logrado con 茅xito el retorno de la sacralizaci贸n de la figura presidencial, a la cual se le hab铆a perdido el respeto en los sexenios panistas y, sobre todo, en el de EPN. Esto 煤ltimo es notorio en la adoraci贸n ciega que sus seguidores le profesan. A Claudia Sheinbaum no le disgusta, y ya ha anunciado que continuar谩 la liturgia desde el p煤lpito diario de las ma帽aneras. Una vez controlado el territorio y reforzado el ejecutivo, el camino natural seg煤n la concepci贸n pol铆tica de Andr茅s Manuel, que es la de un pri铆sta de hueso colorado, es embridar al legislativo y al judicial. Para ello es imprescindible una oposici贸n colaboracionista o con l铆deres bufos e inoperantes. O ambas cosas.

 

Enrique Krauze, recientemente, ha diagnosticado que Alito gobernar谩 un partido fantasma. De acuerdo con 茅l en que este no es el M茅xico del 94. No tan de acuerdo en que M茅xico es un pa铆s democratizado: los usos y costumbres del viejo r茅gimen persisten, consciente o inconscientemente. Y Andr茅s Manuel, educado en ellos, los quiere perpetuar, porque encamina a la Naci贸n a un nuevo contexto de partido hegem贸nico.

 

Desechado y en v铆as de defunci贸n el PRI como tal, 驴d贸nde quedaron las estructuras? 驴D贸nde, la legi贸n de funcionarios y la v铆a exclusiva de hacer pol铆tica que constituy贸 el tricolor? No le den muchas vueltas: ha vuelto a surgir, como de la cabeza de la hidra, una nueva configuraci贸n del sistema, donde todos, o la mayor铆a, han corrido a integrarse. Alito, anacr贸nico caudillo de la nada, s贸lo quiere que se cumpla el trato, esto es, que le dejen una parcelita donde envejecer sin que se note, un b贸tox pol铆tico que genere la ilusi贸n de una juventud perdida irremisiblemente. 脡l ni tiene, ni ha tenido jam谩s la talla suficiente para enfrentar a la nueva confederaci贸n de caciques que es Morena.

 

Al moderno partido institucional le interesan personajes as铆, una ficci贸n de oposici贸n que no moleste su consolidaci贸n. Todo para seguir sirviendo a la 茅lite de siempre, para que la circulaci贸n de liderazgos siga su camino tradicional. Qui茅n iba a decir que la defunci贸n, m谩s bien la momificaci贸n del PRI, iba a ser una muy mala noticia para la democracia mexicana. Son las cosas que suceden con AMLO, el rey de la paradoja. As铆 que esta nota necrol贸gica no es para el Revolucionario Institucional, reencarnado ahora en Morena, y cuya c谩scara muerta gobernar谩 Alito por diez, o cien a帽os si le llega. Es para la democracia en M茅xico, que va camino de morir antes de nacer si nadie lo evita. Y, a lo que se ve, hay pocas esperanzas de que as铆 sea.